La localización dentro de la globalización

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Introducción al tensionamiento de la cadena de suministro

El tensionamiento que en los últimos tiempos se está produciendo en la cadena de suministro en cuanto a costes y tiempos no solo de aprovisionamiento sino también en la entrega de los productos, ha provocado la necesidad en las empresas de regresar a una gestión de stocks en instalaciones dentro de su política de aprovisionamiento.

Ello implica cambios no solo en la planificación del aprovisionamiento de los mismos en función a economías de escala, sino también en el dimensionamiento de sus almacenes para la ubicación de los mismos.

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Esto, para muchas empresas, supone un riesgo frente al mercado no solo en relación a la variación de la demanda de productos y a la erraticidad de los mismos que se pueda producir sino también respecto al producto en sí.

Los requerimientos de instalaciones para el stock de productos con el objeto de lograr beneficios propios de la economía de escala pueden conllevar un coste crítico para las empresas.

Máxime, si se considera que la tendencia de aprovisionamiento para la mayoría de los sectores ha sido la de una gestión de abastecimiento en base a una política de stock cero.

Dicha política de gestión ha conllevado a las empresas, entre otros aspectos, a una concepción en el diseño de las instalaciones que no planteaban, y por tanto no admiten grandes volúmenes de almacenamiento.

Las superficies dimensionadas para el depósito se plantearon para cubrir ventanas temporales cortas mediante una alta rotación del stock.

La economía de escala convierte en vital el almacenamiento y en crítica a nivel económico la superficie que este requiere.

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Todo ello, transfigura en necesaria la optimización de las cadenas de suministro y logística.

Las optimizaciones de ambas cadenas no solo deben ser enfocadas en sus costes y tiempos, sino que deben aportar a todos sus actores una alta capacidad de flexibilidad.

Esta capacidad de flexibilidad debe permitir a todos los miembros, de ambas cadenas, poder hacer frente a las variaciones que se puedan producir en los requerimientos del mercado.

El mercado requiere

Los mercados requieren no solo productos sino también servicios customizados para la sociedad que los compone.

Las variabilidades en los productos, el escaso tiempo de poner estos a disposición del mercado, la corta vida de estos productos y la alta devolución de los mismos, implican unos costes directos e indirectos para las cadenas de suministro y logística que afectan sobremanera a su viabilidad.

Para poder hacer frente a los requerimientos del mercado tanto en productos como en servicios, las compañías deben ubicar sus productos lo más aguas abajo en la cadena logística respecto a los mercados.

Ello ofrece la posibilidad de dar una rápida respuesta a las necesidades del mercado, pero obliga, para una contención de los costes, a la customización de los productos muy aguas arriba de la cadena.

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Ciertas empresas, especialmente de moda, adquieren y/o producen grandes cantidades de determinados productos muy aguas arriba en la cadena de suministro y que customizan (cambio de color, etc.…) muy aguas abajo en la cadena logística.

De este modo, pueden beneficiarse de economías de escala a la par que ofrecer el producto personalizado que requiere cada tendencia del mercado con un coste logístico bajo y una alta capacidad de servicio y reposición.

Está política de gestión de las cadenas de suministro y logística no es factible para la gran mayoría de empresas.

Necesidad de colaboración y crear sinergias entre actores de la cadena de suministro

La impracticabilidad de este tipo de gestión para la gran pluralidad de compañías, obliga a una reconsideración de las cadenas de suministro en las que estas se encuentran.

Esta reconsideración debe estimular la aparición de sinergias provenientes de la interacción entre sus diferentes miembros para incrementar la creación de valor en la propia cadena, toda vez que se logra ofrecer el producto requerido al cliente final al mismo tiempo que se aumenta la calidad de servicio al mismo.

El objetivo que alcanzar por toda compañía ha de ser el de la satisfacción de la persona que consume sus productos y/o servicios, el cual se alcanza aportándoles más valor en base a la calidad, el servicio y el coste.

Hay que tener siempre presente que un producto o un servicio pierde su valor si no se encuentra disponible para las personas que desean adquirirlo en el momento y el lugar en que desean consumirlo.

Por tanto, la disponibilidad de un producto y la absoluta calidad del mismo es una aportación de valor dirigida al cliente final.

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Esta aportación de valor, implica una serie de operaciones y costos que dependen en gran medida de la eficiencia de la cadena de suministro en la que se encuentra la empresa.

El principio que debe regir en la gestión de la cadena de suministro es el de que todos los actores de esta se han de aportar ente ellos el máximo valor, buscando la satisfacción de todos los implicados, independientemente de la ubicación de cada uno de estos en la misma.

¿En qué factores focalizar para aportar valor?

Con el objeto de aportar valor, se deben focalizar los esfuerzos, entre otros, en los siguientes factores que crean y proporcionan valor para alcanzar el servicio y al precio que desea el mercado:

  • Atención al cliente.
  • Valoración de la persona que se desempeña en los procesos.
  • Mejora de la calidad.
  • Mejora del servicio.
  • Reducción de costes.

La valía de cada uno de los miembros de la cadena se verá señalada tanto por su capacidad para dotar a sus procesos de la máxima calidad como por su competencia en la reducción de costes.

El objeto final ha de ser el de transmitir a todos los actores de la cadena de suministro (y que estos lo interioricen) que todos han de desempeñarse conjuntamente para mejorar la calidad, el servicio y el costo.

Se ha de interiorizar entre todos los miembros que una cadena a nivel global será tan eficiente y competente en el mercado como lo sea su actor más ineficiente.

Por tanto, la cadena de suministro en la que se encuentra toda empresa debe ser considerada como una red organizada de procesos, con la capacidad de responder eficientemente a las necesidades del mercado.

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Por este motivo, la cadena de suministro, debe buscar su optimización, considerando para ello a todos los actores que la conforman, estableciendo en ella una política de transparencia y horizontalidad que tenga como fin alcanzar una colaboración que permita lograr la máxima eficiencia en sus flujos tanto de productos como de información.

Necesidad de adaptar los productos aguas abajo, pero teniendo los costes lo más aguas arriba posible

En esta dirección y con el objetivo de alcanzar una mayor eficiencia en la cadena de suministro, la concepción de la denominada fábrica modular adquiere gran importancia.

Esta concepción parte de entender los procesos de producción y/o logísticos como una continuación de procesos que se originan en los diferentes proveedores y que termina en la propia empresa.

La empresa, es la diseñadora, formadora, así como gestora del proceso y actúa como gestora a la par que controladora de la calidad del producto.

Así mismo, al trabajar directamente con sus proveedores, la empresa alcanza la máxima productividad con la mayor calidad y el menor coste.

Esto se logra, introduciendo a los proveedores físicamente en el flujo global del proceso dentro de la instalación, eliminando con ello ineficiencias en la producción, la logística y la distribución.

Las empresas proveedoras, desarrollan sus procesos en la instalación de la empresa, esto provoca que tengan que trabajar conjuntamente en la búsqueda del mismo fin que es un producto que excede a su propio producto y que les obliga a la colaboración en recursos y la horizontalidad en los procesos y toma de decisiones en búsqueda de su optimización global. 

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Los productos resultantes son evaluados en su calidad por el personal interno de la compañía y cada una de estas personas (seleccionadas por la compañía entre todo su personal para este fin), avala con su proceder que dichos productos superan el control de calidad.

De esta manera el proceso de calidad de cada elemento no se delega y cada elemento ingresa en el proceso final de producción con calidad total y en el momento en que es requerido.

La integración de los procesos facilita el análisis de la cadena de suministro

Así mismo la integración de los procesos facilita el análisis de la cadena de suministro, ya que las variaciones en los requerimientos del mercado y los diferentes escenarios económicos que pueden presentarse a lo largo del tiempo obligan a que ésta deba ser continuamente analizada, para ello, habría que considerar los siguientes aspectos:

  • Relación con los proveedores.
  • Relación entre procesos internos.
  • Relación interna con fuerza laboral.
  • Relación con los clientes.

Es crucial que todos estos aspectos interactúen eficientemente, en una relación que busque la creación de valor entre los diferentes actores de la cadena.

Por ello, con el objeto de poner a disposición de las personas los productos que estas requieren con el nivel de servicio deseado, todo ello al menor coste, se hace indispensable la gestión no solo del stock sino también de todos los procesos que puedan afectar.

La fábrica modular, permite situar en una instalación la mayor parte de los procesos y del stock de la mercadería.

Esto, permite a las empresas responder con rapidez y eficiencia a las variaciones del mercado, lo cual aparte de mejorar el nivel de servicio prestado a la persona consumidora también favorece una reducción de los costos y precios de venta en el mercado al reducirse los niveles de stock, así como los riesgos asociados a este (obsolescencia, deterioro, pérdida, hurto, etc. 

Colaboración entre los diferentes actores de la cadena

La gestión de la colaboración entre los diferentes actores de la cadena, permite a una empresa global, actuar como una central de compras y diseñar un proceso de trabajo que pueda trasladar a los centros ubicados en sus mercados destinos.

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Centros en los que se gestione y almacenen las mercancías para dichos mercados, toda vez que, con estudios de mercado, se puedan customizar los productos, en base a las tendencias del mercado.

La adquisición global de los productos se produciría aguas arriba de la cadena de suministro y la customización de los mismos se cumpliría aguas abajo en la cadena logística.

Esta customización, se llevaría a cabo con proveedores locales no solo de los procesos de producción sino también de aportación de materia prima.

Ello, permitiría a la empresa no solo ofrecer a la persona consumidora final aquel producto que desea sino también que los procesos de acopio de materiales y de producción fueran también locales.

De esta manera, la empresa ofrecería un producto actual (incluso promoviendo la tendencia del mercado), que no es global sino local y con unos costes de acopio, almacenaje y producción contenidos.

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Este modelo de gestión de las cadenas de suministro y logística, permite a una empresa global aprovecharse en la adquisición de los productos de los beneficios de la economía de escala a la par que ofrecer a sus clientes unos productos adaptados a las tendencias del mercado con una rotación y un nivel de servicio satisfactorio para la persona cliente final.

Conclusiones

  • Las cadenas de suministro y logística se encuentran cada vez más tensionadas.
  • La customización de los productos y el nivel de servicio requerido por las personas clientes incrementa los costes.
  • Para ofrecer los productos y con el nivel de servicio requerido, la gestión de la cadena de suministro es crítica.
  • La colaboración entre los diferentes miembros y la horizontalidad de la información dotan de flexibilidad a la cadena.
  • Los mercados reclaman productos locales, la globalización no tiene que impedir la localización.

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